Muxes Zapotecos. Lukas Avendaño. Muxhe Performer. Foto:Mario Patiño, 2017.
Muxes Zapotecos. Lukas Avendaño. Muxhe Performer. Tehuantepec, Oax. Mèxico. Foto:Mario Patiño,
2017.
Lukas Avendaño has participated in:
●2017 Zurcher Theater Spektakel, Zúrich, Suiza ● Sala Hiroshima, Barcelona España ● Side Show Freaks & Circus Injuns, Chocolate Woman Collective, Toronto, Canadá ● Kampnagel, Hamburgo, Alemania ● Museo de Antioquia, Medellín Colombia ● 2016 Endstation Sehnsucht Festival del Münchner Kammerspiele, Alemania ● Facultad de Artes ASAB, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá, Colombia ● Mason Chapel San Francisco, Ca. USA ● Cultural Center La Peña, Berkeley Ca., USA ● 2015 Men in Dance Festival, New Danza Horizons, Regina, SK., Canadá ● 2013 Mak Center for Art and Architectur at the Schindler House, Los Angeles Ca., USA ● 2012 Festival de Danza Mov. Continuo, Bogotá, Colombia ● Centro Cultural Ricardo Rojas, Buenos Aires, Argentina ● 2011 La Pocha Nostra’s Internacional Summer School, San Francisco, USA ● Festival Arizona Between Nosotros, Nogales, Méx., Tucson-Phoenix, Arizona, USA ● International Festival of Live Networked Performances●
Muxes Zapotecos. Lukas Avendaño. Muxhe Performer. Foto:Mario Patiño, 2017.
Muxes Zapotecos. Lukas Avendaño. Muxhe Performer. Foto:Mario Patiño, 2017.
Lukas es egresado de la Universidad Veracruzana como coreógrafo-bailarín y antropólogo. Contiene una experiencia con grandes maestros de la danza, del país y del extranjero. La danza le ofrece descontenerse para mostrarse al mundo, silencioso y sonoro, mudo y escandaloso. Es su manera de comunicarse con su entorno, a través de sus performances.
“Madame Gabia”, A Pedro Lemebel en Memoriam. Lukas Avendaño Performer, Mario Patiño fotografìa 2015.-6
¿cómo es que decidiste que tu línea de acción artística tendría que estar acompañada del universo expresivo de los muxes?
Es correcto lo de la decisión, pero el “tendría que estar acompañada del universo expresivo de los muxes” no necesariamente; es decir, en el acontecer escénico lo que sí tiene que suceder es la contradicción. Desde mi quehacer escénico, el acontecer necesariamente tiene como prioridad neurálgica e imperativa evidenciar las contradiciones que suceden en la cotidianidad de cada una de las identidades que se construyen en la escena, mismas que –a su vez– se convierten en la representación hologramática de una identidad en plural de las existencias en la cotidianidad.
Porque, si bien uno de los componentes “del universo expresivo de los muxes” es el travestismo, entonces un travesti fuera del universo expresivo de los muxes”, es sólo eso: un travesti, una loca, una perra, un homosexual, un pervertido, un sodomita, un pecador, un desviado, un invertido, alguien que es “fruto del pecado” y que vive en el “pecado nefando”. Entonces eso (el travestismo) es sólo una excusa para que el “otro” (el que mira) se permita llevar a la superficie de la epidermis sus juicios de valor, su “criterio de verdad”, y ya en esa posición el “otro” deja descargar su artilleria de excusas: tolerancia, permisibilidad, sentencias; juzga, justifica, perdona o lapida. Después de ello viene la otra parte del acontecer de la performatividad, haciendo que el “otro” se coloque por sus mismos juicios de valor/criterios de verdad, contra la pared como un ser injusto e inhumano con la alteridad, con su igual.
Muxes Zapotecos. Lukas Avendaño. Muxhe Performer. Foto:Mario Patiño, 2017.
Muxes Zapotecos. Lukas Avendaño. Muxhe Performer. Foto:Mario Patiño, 2017.
La muxeidad fuera de Tehauntepec no existe, porque el concepto de muxeidad remite necesariamente a una forma de vida colectiva que se hace desde la masculinidad, la femineidad, los cargos honoríficos en la estructura social y religiosa, y la práctica ancestral de vocación de servicio, “quien vive para no servir, no sirve para vivir”. Pero los muxes sí existen fuera de Tehuantepec, no como muxes, sino como homosexuales.
